Skip to main content

Carta a la niña dengue: Shrine20211024 9943 Nmzko3

Carta a la niña dengue
Shrine20211024 9943 Nmzko3
    • Notifications
    • Privacy
  • Project Home21st Century Latin American Narrative & Digital Storytelling
  • Projects
  • Learn more about Manifold

Notes

Show the following:

  • Annotations
  • Resources
Search within:

Adjust appearance:

  • font
    Font style
  • color scheme
  • Margins
table of contents
This text does not have a table of contents.

14 junio 2282

9:52 de la noche

Hijo mío—

Sé que hace mucho tiempo desde que te huiste. Ya son casi diez años. No sé por qué escribo esta carta. Solo la voy a poner en la caja en mi armario con las otras nueve cartas. No sé dónde estás ahora y ni he oído de ti desde ese día—ni sé si estás vivo, pero me da tranquilidad presumir que sí. Si un día decides volver te regalaré todas las cartas para que entiendas.

Fue agridulce cuando no regresaste. A decir verdad, fue mayormente dulce. Siempre quería que estuvieras bien, pero me sentí molesta que fueras mi responsabilidad. Qué carga pesada tuve que asumir a una edad tan joven, cuidar a aquel bebé feo, inesperado y desconocido. Nadie sabía cómo sería un hijo de mosquito, y en lugar de apoyarme, se burlaban de nosotros dos. Yo era egoísta, y traté de salvar mi reputación por ponerme de su parte.

Vi el otro día en las noticias que alguna mujer bicha había sido descubierta en una ciudad de la costa. Se parecía a ti, y me pregunté cuántas personas bichas hay y si todas tienen el mismo padre. ¿Has encontrado a otros como tú? ¿Qué comes? Me imagino que habrás atacado e infectado a por lo menos una persona. Me siento repugnada cuando pienso en eso. Siempre traté de criarte bien, sabes, pero nunca eras destinado a una vida buena.

Desde que naciste, le he rezado a Dios cada noche para preguntar por qué él crea seres que estarán destinados a una vida de miseria y por qué crea seres que deben, por su naturaleza, dañar a otros. Jamás he recibido una respuesta.

He tenido mucho tiempo para reflexionar y con los años he llegado a aceptar que no cumplía con mis responsabilidades como madre. Te proveía con alimento y alojamiento, pero no te daba amor. Pasaba tanto tiempo preocupándome y avisándote que algún día te ibas a volver monstruo. Creo que hice realidad mi profecía. Sí, es difícil imaginar una vida respetable para ti, aun me habiendo dado cuenta de los errores en mi actitud. Pero pienso que te condené desde el principio porque yo formaba en ti esa idea de que no valorabas nada y que pasarías toda tu vida en vergüenza. Claro que tu autoestima siempre estaba baja, y claro que resultaste así, porque tú y yo nunca podíamos imaginar que podrías ser mejor. No te culpo por huir.

Nunca logré averiguar cómo fue que tuve un hijo insecto, de verdad. No estaba involucrada con ningún hombre en esa época, no que necesites oír de mi vida íntima, pero no sé cómo pasó. Una vez un pensamiento raro se me ocurrió—que me sentí como un tipo de Virgen María, que quizás di luz al hijo de alguna deidad mosquito y que tú fueras semidiós—pero me sentí muy avergonzada al considerar esa idea sacrílega. De hecho, me arrepiento de haber escrito eso, pero ves que escribo con birome y ya está tarde y no quiero reescribir todo del comienzo.

En fin, creo que es bueno que no vivamos juntos. Trabajo menos e incluso logré hacer algunas amigas. Tengo novio; le dije que tenía esposo e hijo pero fallecieron en un accidente de bus. Pero la mayoría de las noches, antes de dormir, me acuesto despierta en mi cama y envío deseos de que estés bien, que estés feliz, que hayas encontrado a alguien que te ame de verdad.

Qué estés en paz con ti mismo.

Tu madre.

Annotate

Proyecto 2
Powered by Manifold Scholarship. Learn more at
Opens in new tab or windowmanifoldapp.org