Notes
Reportero: Gracias por estar aquí hoy. Solo puedo adivinar qué tan difícil debe haber sido todo esto. Primero les invito a presentarse.
MA: Hola, yo soy Viridiana Molina Álvarez. Javier es—o sea…era, no sé—mi esposo de quince años. Esta es nuestra hija.
C: Hola, me llamo Claudia y tengo nueve años.
R: Gracias. Señora Álvarez, ¿usted sabía que su marido se había endeudado tanto? Y ¿sabía de sus planes para enfrentarse a esos tres hombres?
MA: Javi no me decía cuánta deuda había. Siempre me decía que no me preocupara, que íbamos a volvernos ricos. Pero yo sospechaba que fue bastante y que las promesas de sus socios eran demasiado buenas para ser verdad. El día en que él les…él les mató, me dijo que iba a hablar con el banco. Yo no sabía que iba a reunirse con sus socios, ni que les iba a pedir que entregaran el dinero.
R: ¿A usted le sorprende que su esposo hiciera algo tan violente? ¿Cómo se sintieron ustedes dos al saber lo que pasó?
MA: Sí, me sorprendió un poco que fuera capaz de violencia de ese tipo. Nunca era un hombre particularmente enojado ni amenazador. Aun así, siempre ha sido un poco pomposo, o sea, tenía reacciones un poco exageradas y soluciones dramáticas a los problemas. Y una vez que se decidió de algo, no era posible cambiarle de mente. Además, él se consideraba una persona muy lógica. Creía que solo tomaba decisiones racionales, así que casi nunca se sentía arrepentido por sus acciones. Por eso no me sorprende que no mostrara remordimiento.
C: Cuando supe de que mi padre había matado a alguien, me sentí muy triste. Yo sabía que él no iba a volver a vivir con nosotros. Pero no sabía que lo iban a poner en esa cápsula. Pensé que iría a la prisión. Le echo de menos a mi papá, pero no entiendo por qué hizo daño a esos señores. Es aterrador pensar de mi papá así.
R: Señora Álvarez, ¿qué piensa usted del uso de la cápsula? ¿Cómo se siente saber que un ser querido suyo está flotando allá?
MA: Yo creo que se debería considerar un castigo cruel e inusual. Es peor que la pena de muerte y la cadena perpetua. No lo puedo imaginar, pero debe ser como el confinamiento solitario extremamente alargado, y con más sufrimiento por el saber que ni está en la misma planeta; está completamente solo. Aunque yo deteste lo que Javi hizo, no creo que merece este castigo. Los humanos somos seres creativos. ¿Por qué no hemos conseguido pensar en una forma segura de incorporar los criminales en la sociedad? Siento un dolor terrible. No sé cómo recuperarme de esto.
R: Lamento mucho que ustedes estén experimentando todo esto. Mi corazón está con ustedes. Podemos concluir la entrevista aquí.