Notes
Reportero: Gracias por el privilegio de entrevistarles hoy. Primero, ¿puede presentarse?
MP: Claro. Yo soy José Montoya Padilla y soy sacerdote en la iglesia de nuestro pueblo. He servido treinta y nueve años como sacerdote, así que he visto el crecimiento de Carmelo desde que era bebé.
RL: Y yo soy Marina Romero León. Tengo veintidós años y soy, o era, la esposa de Carmelo por tres años, pero nos conocíamos cuando yo tenía quince y él veintiuno.
R: ¿Y cómo comenzó todo?
RL: Carmelo y yo tuvimos una riña el día que salí, en la mañana. Algo normal, sobre el dinero y que él bebía demasiado. Yo solo quería un poquito de espacio de él, una simple noche de descanso de él. No es que temiera por mi seguridad, de lo contrario hubiera llevado a mi hijo conmigo.
R: ¿Carmelo era un padre cariñoso?
RL: Bueno…pagaba el ahogamiento y el alimento y todo pero casi nunca ayudaba directamente con nuestro hijo. En algunas raras ocasiones, le sostuvo un momento cuando yo lo pedí porque necesité las dos manos. Pero no jugaba con él, ni le cambiaba el pañal. Ni siquiera sé si Carmelo veía al bebé como un ser sensible.
R: Señora León, mi última pregunta para usted: ¿Cómo se sintió cuando supo de lo que pasó a su hijo?
RL: Pues, es difícil poner en palabras algo tan horrible. Sentí, sigo sintiendo, dolor inimaginable. En ese momento, cuando me dieron la noticia, sentí todo a la misma vez rabia hacia Carmelo, culpa por haber dejado mi hijo con Carmelo, y puro dolor por la muerte prematura, doloroso, y evitable de mi bebé. Yo no lo desearía este trauma a nadie.
R: Gracias, señora. Usted tiene toda mi compasión.
Señor Padilla, ¿cómo usted hubiera descrito a Carmelo, si tuviera que presentarlo antes del incidente?
MP: Ehh…como niño siempre era bien callado, pero fue en su adolescencia que empezó a volverse más hosco. Creo que esto comenzó con la muerte de su madre y los problemas de ira que tenía su padre. Siempre ha sido un poco, no sé, narcisista. No puedo revelar lo que me confesaba en la iglesia, pero como miembro de la comunidad puedo decir que en los últimos uno o dos años, no ha cumplido con los requisitos de su rol como esposo ni padre. Otros en el pueblo se han dado cuento de que esta duración de tiempo coincide con el comienzo del augmento en su bebida.
R: ¿Usted sabe quién reveló al pueblo que Carmelo había causado la muerte de su hijo por descuido?
C: No, no tengo ninguna idea.
R: Bueno. Muchísimas gracias a ustedes dos por su tiempo.